miércoles, 22 de octubre de 2014

Mi Primer Día en la Universidad.




¿Qué seria del hombre si no tuviera miedos? Es una de las preguntas que mi abuela siempre pronuncia cuando uno de sus hijos o nietos están por pisar un nuevo terreno. 
Es el miedo un sentimiento que en circunstancias nos lleva o más bien nos aleja de nuestro sendero.
Describir mi primer día en la universidad es volver a desvestirme de cualquier miedo, porque eso fue, una mudanza de pensamiento. Pensar en una transición te da temor, pensar en que vas a conocer a gente nueva, a maestros nuevos, a utilizar metodologías nuevas y a estar en ambientes nuevos te excita, pero al tiempo te hace pensar en cómo debes reaccionar frente a estas situaciones. 
Pues bien, a continuación describiré brevemente como fue mi primer día en la universidad:
Eran las tres y quince de la tarde del día jueves de la primera semana de octubre, la clase de Lengua y Literatura ya había empezado, me encontraba fuera del aula indeciso de si interrumpir la clase o quedarme fuera de ella, al momento dos compañeros más llegaron, se acercaron y revisaron el número de aula, luego preguntaron si ahí estarían dictando la clase de la materia ya nombrada, le respondí que sí, y en seguida golpearon la puerta. Al rato una figura femenina apareció y nos indicó que pasáramos, me senté entre las primeras filas y la profesora retomo su discurso de bienvenida, su nombre era Katherine Cueva, una mujer de al menos unos cuarenta y cinco años de edad, muy bien parecida, elegante, con un timbre agudo pero fuerte, con un carisma especial, que nos hiso sentir especiales, y nos pintó un ambiente diferente al que uno se imagina cuando se piensa en lo desconocido. Dio las explicaciones rutinarias de cómo se llevara la clase, de cómo utilizar la guía, el texto y la plataforma virtual, en fin, aclarándonos y despejando toda duda  que se no venía a la mente. Luego nos presentamos todos; y bueno, una vez más el nerviosismo me abraso por el cuello, y la mente se quedó cero, parece un cómico cuento, pero es enserio. Esto me dejo la enseñanza de que debes confiar en ti y ser tú mismo, dejar los miedos por completo, porque si bien es cierto todo humano tiene miedos, pero debe afrontarlos, deben ser como un muro de concreto al cual debes derrumbar para poder ver más paisajes y más retos.
La clase duro una hora y al final todos se quedaron socializando un poco, en tanto yo me dirigí al balcón de servicios para agilitar un trámite de homologación de componentes. Espere un poco, algo más de una hora y al final me atendieron, le explique a la señorita que se encontraba en el módulo, el tramite por el cual estaba allí y me envió a hacer una solicitud dirigida a la directora de la carrera. Mientras esperaba pensaba en lo sucedido y bueno esta crónica va dirigida a los temores que nos creamos las persona en torno a las diversas situaciones que se nos presentan, miedos que son normales, pero que debemos desatarnos de ellos, porque son como una sombra que te acecha y que nos desfigura y nos cubre con su manto oscuro, despersonalizándonos e inhibiendonos de lo que somos y podemos dar.
Los miedos son el principio de esfuerzos
Y respondiendo a la pregunta de mi abuela yo digo:
¿Qué seria del hombre si no tuviera sueños?...