¿Qué seria del hombre si no tuviera miedos? Es
una de las preguntas que mi abuela siempre pronuncia cuando uno de sus hijos o
nietos están por pisar un nuevo terreno.
Es el miedo un sentimiento que en circunstancias
nos lleva o más bien nos aleja de nuestro sendero.
Describir mi primer día en la universidad es
volver a desvestirme de cualquier miedo, porque eso fue, una mudanza de
pensamiento. Pensar en una transición te da temor, pensar en que vas a conocer
a gente nueva, a maestros nuevos, a utilizar metodologías nuevas y a estar en
ambientes nuevos te excita, pero al tiempo te hace pensar en cómo debes
reaccionar frente a estas situaciones.
Pues bien, a continuación describiré brevemente
como fue mi primer día en la universidad:
Eran las tres y quince de la tarde del día jueves
de la primera semana de octubre, la clase de Lengua y Literatura ya había
empezado, me encontraba fuera del aula indeciso de si interrumpir la clase o
quedarme fuera de ella, al momento dos compañeros más llegaron, se acercaron y
revisaron el número de aula, luego preguntaron si ahí estarían dictando la
clase de la materia ya nombrada, le respondí que sí, y en seguida golpearon la
puerta. Al rato una figura femenina apareció y nos indicó que pasáramos, me senté
entre las primeras filas y la profesora retomo su discurso de bienvenida, su
nombre era Katherine Cueva, una mujer de al menos unos cuarenta y cinco años de
edad, muy bien parecida, elegante, con un timbre agudo pero fuerte, con un carisma
especial, que nos hiso sentir especiales, y nos pintó un ambiente diferente al
que uno se imagina cuando se piensa en lo desconocido. Dio las explicaciones
rutinarias de cómo se llevara la clase, de cómo utilizar la guía, el texto y la
plataforma virtual, en fin, aclarándonos y despejando toda duda que se no
venía a la mente. Luego nos presentamos todos; y bueno, una vez más el
nerviosismo me abraso por el cuello, y la mente se quedó cero, parece un cómico
cuento, pero es enserio. Esto me dejo la enseñanza de que debes confiar en ti y
ser tú mismo, dejar los miedos por completo, porque si bien es cierto todo
humano tiene miedos, pero debe afrontarlos, deben ser como un muro de concreto
al cual debes derrumbar para poder ver más paisajes y más retos.
La clase duro una hora y al final todos se
quedaron socializando un poco, en tanto yo me dirigí al balcón de servicios
para agilitar un trámite de homologación de componentes. Espere un poco, algo más
de una hora y al final me atendieron, le explique a la señorita que se
encontraba en el módulo, el tramite por el cual estaba allí y me envió a hacer
una solicitud dirigida a la directora de la carrera. Mientras esperaba pensaba
en lo sucedido y bueno esta crónica va dirigida a los temores que nos creamos
las persona en torno a las diversas situaciones que se nos presentan, miedos
que son normales, pero que debemos desatarnos de ellos, porque son como una
sombra que te acecha y que nos desfigura y nos cubre con su manto oscuro, despersonalizándonos
e inhibiendonos de lo que somos y podemos dar.
Los miedos son el principio de esfuerzos
Y respondiendo a la pregunta de mi abuela yo
digo:
¿Qué seria del hombre si no tuviera sueños?...