miércoles, 19 de noviembre de 2014

Agresor y Agredido.



¿Qué es hacer daño?
Hay tantas definiciones, pero, ¿Cuál es la correcta? ¿En realidad infringimos dolor? o ¿El dolor se queda con  nosotros?
Desde mi punto de vista; jamás el dolor se lo lleva únicamente la persona hacia la cual va la agresión, sea cual sea esta; esa herida queda también en quien agrede y creo que esta persona es la más afectada cuando actúa de esta manera.
Pensemos un momento, cuando a nuestro raciocinio lo ha superado  la ira y la impaciencia ¿Cómo hemos actuado? Hemos echado palabras al aire sin pensar, o hemos utilizado los golpes con el fin de desfogar esa ira que se encuentra encapsulada en nuestra mente. ¿Luego? La culpa nos invades y el dolor nos remueve la conciencia, como si algo dentro de nosotros nos golpeará y desgarra las entrañas, como si un sentimiento interno quisiera salir desesperado pero se encuentra atrapado.
Estas heridas nos muerden los pensamientos, nos persiguen hasta en los momentos y espacios más secretos, nos abrazan y nos amarran, nos detienen las esperanzas, nos amalgaman en pesadillas diarias.
Muchos psicólogos tratan este tema desde el punto de vista de las personas agredidas, pero, que sienten los agresores luego de una disputa. ¿Son también ellos victimas de sus acciones? ¿Son presos inconscientes de su subconsciente?
No intento nublar la idea de agresión, lo que quiero es hacer pensar que en una agresión actúan varias personas que forman parte de un problema social y que necesitan ayuda  igual, para salir de ese círculo.
Lo que también intento expresar es que no nos hagamos daño y tampoco lo hagamos a terceros, no dañemos nuestro espíritu, no nos ahoquemos con palabras y golpes. Sobre todo pensemos en cómo nos sentiremos si ofendemos a un ser querido, sobre todo pensemos en que el perdón no suprime los actos ya hechos.  

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