¿Qué
es hacer daño?
Hay
tantas definiciones, pero, ¿Cuál es la correcta? ¿En realidad infringimos
dolor? o ¿El dolor se queda con nosotros?
Desde
mi punto de vista; jamás el dolor se lo lleva únicamente la persona hacia la
cual va la agresión, sea cual sea esta; esa herida queda también en quien
agrede y creo que esta persona es la más afectada cuando actúa de esta manera.
Pensemos
un momento, cuando a nuestro raciocinio lo ha superado la ira y la impaciencia ¿Cómo hemos actuado? Hemos
echado palabras al aire sin pensar, o hemos utilizado los golpes con el fin de
desfogar esa ira que se encuentra encapsulada en nuestra mente. ¿Luego? La culpa
nos invades y el dolor nos remueve la conciencia, como si algo dentro de
nosotros nos golpeará y desgarra las entrañas, como si un sentimiento interno
quisiera salir desesperado pero se encuentra atrapado.
Estas
heridas nos muerden los pensamientos, nos persiguen hasta en los momentos y
espacios más secretos, nos abrazan y nos amarran, nos detienen las esperanzas,
nos amalgaman en pesadillas diarias.
Muchos
psicólogos tratan este tema desde el punto de vista de las personas agredidas,
pero, que sienten los agresores luego de una disputa. ¿Son también ellos
victimas de sus acciones? ¿Son presos inconscientes de su subconsciente?
No
intento nublar la idea de agresión, lo que quiero es hacer pensar que en una agresión
actúan varias personas que forman parte de un problema social y que necesitan
ayuda igual, para salir de ese círculo.
Lo
que también intento expresar es que no nos hagamos daño y tampoco lo hagamos a
terceros, no dañemos nuestro espíritu, no nos ahoquemos con palabras y golpes. Sobre
todo pensemos en cómo nos sentiremos si ofendemos a un ser querido, sobre todo
pensemos en que el perdón no suprime los actos ya hechos.
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