lunes, 8 de diciembre de 2014

Tiempo.



¿Por qué existe el tiempo? ¿Fue alguna fuerza suprema la que nos alzó tal muralla, con el fin de estancarnos en fosas que nos juegan la mente y nos arrancan el alma?
Y es que es el tiempo la cadena y la condena  que orillan nuestra existencia, es por el tiempo que miles de personas se envuelven en tristezas, se compran y venden en mercados negros de momentos. Por el tiempo mueren y acecinan los plebeyos. El tiempo amputa los sueños, intranquiliza  las conciencias, es un poderoso estante donde quedan guardadas solo las más exquisitas ideas.
Cuantos de nosotros hemos sido presa de este fenómeno sobrehumano, cuantos no hemos caído en la depresión por pensar en que nuestra vida se corre entre los punteros de un reloj usado, pensar en que los minutos, en que los segundos, en que los días, los meses y los años se nos vuelan con el viento, nos causa angustia, nos hace querer retroceder o detener el tiempo.
En el hombre el tiempo pesa y se convierte en un embustero, es como la sombra que nos persigue en cada momento, no es necesario llevar consigo un puntero para saber que avanzamos hacia la hoguera que nos ata al cuello, no es necesario llevar consigo el compás del tic-tac para saber que se nos va formando marcas en el pellejo. Paso a paso el cabello se pinta de un gris cielo, cada vez que parpadeo tras de mí se desencadena una odisea  en secreto, al respirar con el aire se me van los años, y cuando despierto siento que ya estoy viejo.
Con la joroba el hombre muestra su trote por la línea del tiempo, con sus pasos secos muestra la experiencia, el cansancio y las huellas del trajín que lo arrastra al fin de su existencia. Cuantos no hemos buscado alguna poción mágica que nos alarguen la vida hacia una eterna, cuantos daríamos todo por prolongar nuestros ideales de ensueño. Pero eso es el tiempo, una medida incontrolable que nos acaba, que nos sepulta en aquel frio agujero. Es el verdugo que a todos, sin distinción alguna, nos encierra en el sótano junto a otros cuerpos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario